Es absolutamente crítico tener en cuenta a estas alturas de la vida si se desea asegurar un mínimo de equilibrio mental, que en el caso de ser mujer y haber nacido en la década de los 60’s del siglo pasado, una ha vivido envuelta en un océano de mentiras políticamente correctas.
Causa y efecto. El efecto era el objetivo que nos empujaba a no traicionar las causas, y así, comportarnos según los parámetros dominantes al asegurarnos un futuro feliz.
Pura clase media, supongo.
La inteligencia emocional, los hombres-amigos/compañeros, la disminución del machismo social, la competencia leal y que el tiempo recompensa el esfuerzo. Todo falso.
Si no se hace este pequeño esfuerzo de análisis, no está de más darse directamente al Prozac, o al Diazepan . La búsqueda de las razones por las cuales la lógica aprendida jamás ha funcionado ni funcionará, resulta agotadora. A mi no me compensa, la verdad.
Bueno, no me compensa ahora porque más bien me aburre. Es que ya he descubierto lo que pasa. No tiene emoción. Las culpables somos las mujeres. Lo tengo claro.
Manifestaré mi argumento, esperando no herir ninguna sensibilidad: existe un tipo de mujer, típicamente española creo, que llegada determinada edad y situación personal, de repente enloquece. No es una locura visible o revolucionaria. Al revés, es silenciosa y aparentemente dócil y conveniente. La locura tiene varias manifestaciones, pero la más singular e inexplicable es aquella que provoca el olvido absoluto de las inclinaciones, gustos, aficiones y objetivos profesionales que han guiado su vida y sus decisiones hasta el momento, así como casi cualquier atisbo de coquetería. Al abandono físico más o menos palpable e innecesario, añaden un absoluto desprecio por la inversión en su intelecto y formación que sus familias y el Estado han realizado durante años. Ahora su principal actividad es perseguir a sus niños por el jardín de la comunidad de vecinos con un bocadillo de paté, o mejor de jamón cocido que es más sano, y explicarse mutuamente unas a otras en horario laboral, porque para eso existe la reducción de jornada, como hacen los purés para sus niños en la termomix. Por supuesto, se la llevan (la termomix) en vacaciones a todas partes. Es que no son capaces de dar potitos a sus bebés, es un horror y de ser muy mala madre. No te digo llevarlos con meses a la guardería, eso casi es criminal. Mejor dejarlo con la suegra (también se la llevan de vacaciones). No puedo evitar sospechar que lo que pasa es que es más barato, porque hay suegras y suegras. Mi ex suegra, casi le arranca a mi primer hijo el vendaje del cordón umbilical a tirones. No me daba ninguna garantía, aunque no me separé por eso.
Tengo termomix y comparto la potenciación de las medidas de conciliación trabajo y hogar. Son totalmente necesarias. Y admiro a las madres y esposas que sacrifican sus intereses cuando es preciso por el bien y el bienestar de sus familias. Pero esto requiere un esfuerzo de análisis y decisión adulta que no sé por qué, no percibo normalmente. Más bien intuyo conformismo cuando no desidia, en algunas de estas mujeres. O sea, que es más que discutible que hayan tomado decisión alguna.
En fin, prefiero pensar que es algún tipo raro de locura, el síndrome de la “mujer-ameba” lo llamo yo, para no hacernos legalmente responsables a las mujeres de nuestro propio desajuste en relación al medio profesional y social que nos rodea.
¿Cómo convencer a éste de que te mueves con las mismas expectativas y voluntades que un hombre, aunque seamos intrínsecamente distintos, si el 80% de las mujeres que los hombres conocen son del tipo ameba? Incluyendo las que tiene en casa. Imposible.
¿Soy una disidente? Creo que sí, mis iguales que como se ve no lo son tanto, no me aceptan. Y los hombres con los que hasta ahora he tenido una relación cordial, me aceptan mucho, pero también están empezando a cargarme.
El problema es mío, obvio.
Conclusión, hoy no caeré en el Diazepan por voluntad propia, pero no pienso claudicar. Tengo una hija.
En próximas entregas comentaré como las mujeres-ameba suelen evolucionar a medusas casi mitológicas si la ocasión lo aconseja y cómo son ellas al final las que siempre conservan a sus maridos.
¿Será que ir de listilla es poco rentable?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
5 comentarios:
Ay...que gran verdad y que poco aceptada en el mundo!!
Por dos razones: a ellos les es mas facil convivir con las amebas que no dan apenas trabajo intelectual, porque hay que decir que una conversacion a cierta hora del dia con un hombre...le exige esfuerzo, pobres.
Y la segunda razon es sin duda, que a la propia mujer le revienta ver que otra no pasa por ahi, que la considera un puerro, aburrida y tristemente conforme con su situacion, o sea lo que una nunca hubiera creido de si misma con 17 años.
Y claro, eso pica. Es mejor creerse a base de pensarlo mucho, mucho, mucho y de comentarlo con las otras amebas-puerro que la felicidad de la familia y su equilibrio esta ahi, en dejar que ellos tengan una vida como la que una hubiera querido profesionalmente, y que la mami se quede hecha una castaña en el jardin.
Y las que no lo ven asi son lo peor, y ademas que se creeran (esto lo comentan mirando de reojo, con cara de asco porque en el fondo sospechan que sus maridos miran a esas que tanto critican).
La vida misma, maja.
"hay que decir que una conversacion a cierta hora del dia con un hombre...le exige esfuerzo, pobres" -L.
ojito, JumeirahJane!!! El Pashtunwali tiene tipificada la venganza como una obligacion!!!
Q: 80%amebas y 20%medusas? No hay ninguna en ese 20% que alcance unos objetivos realistas sin convertirse en un monstruo? Los objetivos son tan poco realistas (e inalcanzables) que llevan al abandono o la monstruosidad?
Habrá que enseñar a nuestras niñas (gracias por el apunte) a ver las cosas sin esas mentiras "politicamente correctas" para que sean capaces de gestionar sus expectativas convenientemente sin acabar en monstruosidades o unicelularidades...
pd: me gustais las "mostruas" mucho m�s que las amebas. sois m�s divertidas, y a veces tenemos la suerte de teneros de aliadas ;-)
Que se habra creido el Pashtun...pues los objetivos son los mismitos que los de los hombres! lo que pasa que nos engañan desde pequeñas para que creamos que los podemos conseguir tan facilmente como ellos y luego....falso! La sociedad Española no acepta esa igualdad todavia. Asi vamos.
pues precisamente... muy mal. si no os enganaran, no os pondríais los mismitos objetivos. y si os los pusierais y al final decidierais cancelarlos o re-priorizar, al menos sería voluntariamente, y no como las amebas-puerro resignadas.
a la nina, nada de enganarla:
que sepa que no se pueden tener los mismitos objetivos que un hombre, si no lo estudia bien y tiene en cuenta que el entorno en el que se mueve no es la mentira politicamente correcta que le van a querer hacer creer (entre otras, las de Telva)... porque el entorno de la nina no va a ser trabajar disenando joyas con el dinero que yo gane!!!
repito: en el entorno actual en Espana, las mujeres cuyos padres no sean ricos y trabajen en empresas familiares, no pueden ponerse los mismos objetivos profesionales que los hombres (y esperar alcanzarlos sin amargarse por el camino) Chupate esa, Telva!
no es que me guste, pero es la realidad.
Publicar un comentario