lunes, 20 de octubre de 2008

Necesito sérum efecto tensor.

Y a mogollón.
He decidido ser más estricta con mi peso, de modo que la feliz barrera de los 60 (kilos) de la que presumía, ahora mismo me parece un horror, y tras un verano de pasar mucha, pero que mucha hambre, he retomado nuevamente mi antiguo límite innegociable de 57, 5. Genial, salvo por un pequeño detalle: el tiempo pasa, y he alcanzado esa funesta edad si te puede poner el bikini sin problemas (es un decir) se te cae la cara, o sea, los innombrables cuarenta.

Mejor de lejos que de cerca.

De modo que vestirte con vaqueros slim imposibles y stilettos sin perder la dignidad, tiene el coste de la aparición espontánea de los surcos “naso...algo”, (ahora no lo recuerdo) que básicamente son las superarrugas a ambos lados de la nariz y la boca, que como única solución tienen la jeringuilla. Y maldita gracia que me hace.

Mi hermana Pato que es muy dispuesta, ya me está pidiendo presupuesto no sé dónde para que me pegue un jeringuillazo de ácido hialurónico, o no sé qué otra cosa horrible.

Paso. No pienso. ¿Y si me quedo como la Kidman? Uno de mis mayores encantos- dicen- son las caras que pongo cuando hablo vehementemente mientras muevo mis manos.
(Por cierto: ¡Ojo! ¡Cuidado con las manchas de la edad!!! Es de lo que más delata, así que también hay que comprarse cremita antiedad para manos.)

Imaginaos si de repente no puedo mover músculo alguno, no sé qué sería de mi. Bueno, a lo mejor dejaba de salir tan mal en las fotos, saldría siempre igual, pero bien.
No me parece del todo mal.

Siendo prácticos yo creo que todas estas cosas se curan con un buen ligue, o novio, depende. Complejos fuera, que no hay nada mejor que te digan lo fantástica que estás y lo sexy que eres. Lo inteligente también, pero esto es para relaciones más asentadas.

De todas formas un punto de sexy nunca hay que perderlo, que si no, volvemos a los 60 Kg, pero sin enterarnos.