Dicen que ahora, después de la primera entrada de mi blog, lo más duro será aceptar que nadie comente nada. No es para tanto... y la verdad es que no he tenido tiempo de ir comprobándolo a cada rato, pero acabo de ver que efectivamente no suscito interés mediático alguno.
De momento no me ha bajado la moral e insisto.
Hoy me pregunto, ¿puede una comer con alguien a quien quiso a morir y que le dejó tirada sin casi miramientos, mantener la dignidad y sobrevivir a la comida? He descubierto que es posible, y no sólo eso, es incluso probable descubrirse manteniendo una conversación agradable sin residuos de emotividad. Y sonreir a discreción. Y descubrir al otro sosteniendo la mirada que aún te resulta familiar y te permite comprobar de repente que no tienes deseo alguno de volver a aquellas andadas y así, encontrarse confortablemente instalada en la seguridad de una posición lejana y amigable.
Es un misterio. Convivir con el fracaso y las punzadas inesperadas de dolores pequeñitos es muy educativo. Permite conocer la esperanza del verdadero amor y reconocerlo cuando se acerca.
Y el fracaso, ayuda a disfrutar de las felicidades de los días maduros en los que sabes conformarte con miradas felices.
Que no es poco.
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1 comentario:
eres la caña, Q.
no es fracaso, es solo un revés (si tomas los incidentes a medio largo plazo). a pesar de tu edad *wink*, la esperanza de vida aumenta cada día gracias a los avances de la medicina, y eso significa que (estadísticamente) te quedan un montón de años antes de poder darte por vencida/fracasada...
además, ya tienes comentarios en tu blog ;-)
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